A los pies del bosque de Bellver se despliega El Terreno. Un barrio pintoresco con una historia marcada por el disfrute, el esplendor y la apertura internacional. Gertrude Stein, D. H. Lawrence, Erwin Hubert, Camilo José Cela, Rubén Darío, Santiago Rusiñol, Wilson Pickett… La galería de personajes ilustres que han pasado por El Terreno no tiene fin.

barrio


En 1.777 llegó el primer vecino al barrio. Fue el pintor, dibujante y naturalista de la Casa Real Cristóbal Vilella. Le siguieron burgueses e indianos, que construyeron villas de veraneo y casas de arquitectura colonial con grandes jardines y árboles exóticos. A finales del siglo XIX, la familia Gomila, llegada de las Antillas, construyó una casa en El Terreno y cedió la parte delantera al Ayuntamiento, para que los niños del barrio pudieran jugar. La llamaban «sa Plaçeta». Hoy, es la Plaza Gomila. En 1910 se inauguró el primer hotel del barrio, el mítico Reina Victoria, seguido en 1923 por el Hotel Mediterráneo. El Terreno se convirtió en una zona de turistas y vecinos selectos, hoteles icónicos y libertad.

la dolce vita


Entre los años 50 y 70, El Terreno fue el escenario del esplendor de una Europa despreocupada que volvía a disfrutar y a divertirse. Un lugar de culto por el que pasaron multitud de artistas, intelectuales y bohemios atraídos por la moderna diversión cosmopolita que se vivía en sus bares y salas de fiesta. El Patio, Tito’s, Barbarela, el bar Mónaco, los descapotables, los dry martinis, el Sgt. Pepper’s, las camisas de seda, las botas altas, Ava Gardner o Errol Flynn. El bar Chotis, la barra del Joe’s, Robert Graves, Aristóteles Onassis, Marlene Dietrich, los encuentros de Camilo José Cela, el concierto de Jimmy Hendrix, el de Wilson Picket, el de Ray Charles o el de los B. B. King.



El esplendor de Gomila fueron ellos y la lista es interminable. Desde que llegó el primer vecino, El Terreno ha ejercido una especial atracción en todos los que han habitado y pasado por aquí. Y es que, como dijo Santiago Rusiñol, escritor, pintor, y vecino de la Plaza Gomila a principios del siglo XX:

«…Un lugar tan delectable, tan bello y tan isla».

Bienvenidos a la nueva Plaza Gomila. Una nueva modernidad.